NOTA: El proyecto de reforestación por el que el Pueblo Ogiek ha sido desalojado de sus tierras ancestrales es un proyecto tipo-REDD financiado por el Programa de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (PNUMA) y otras entidades para vender créditos de carbono en el mercado voluntario de carbono e incluye plantaciones de árboles para leña.
“Todo el mundo que se preocupe por el futuro, por los bosques, por los Pueblos Indígenas y por los derechos humanos debería rechazar el mecanismo REDD porque es fundamentalmente viciado, no tiene remedio y porque, a pesar de los esfuerzos para desarrollar salvaguardas para su implementación, REDD siempre podría causar genocidio y resultar en la usurpación de tierra más grande de todos los tiempos,” declaró Tom Goldtooth, Director Ejecutivo de la Red Ambiental para el Medio Ambiente. Goldtooth denunció que REDD podría resultar en “la usurpación de tierras más grande de todos los tiempos”. El desalojo del Pueblo Ogiek para este proyecto tipo-REDD de PNUMA y el gobierno de Kenya puede ser apenas el comienzo de esta pesadilla para los Pueblos Indígenas del mundo.
(Traducción No-Oficial del Artículo del periódico Los Angeles Times)
http://www.latimes.com/news/nation-and-world/la-fg-kenya-forest4-2010jan04,0,6927501,full.story
Tribu en Kenya desalojada lentamente de sus tierras ancentrales
Primero fueron los colonialistas quienes metieron los Ogiek en resguardos en el Bosque Mau. Despues de la Independencia, funcionarios corruptos los desalojaron para hacer fincas. Actualmente un proyecto de reforestación los desaloja aun más.
Niñas juegan en un campamento en Kurbanyat, donde fueron mandados los indígenas Ogiek después de ser desalojadas de la perifería del Bosque Mau donde el gobierno lleva a cabo un proyecto para revitalizar el bosque. (STEPHEN MORRISON, EPA / 9 de diciembre de 2009) |
Bosque Mau, Kenya, África – Hace siglos, el poco conocido Pueblo Ogiek recolectaba miel silvestre y utilizaba arcos y flechas para cazar venados en el Bosque Mau de Kenya.
Pero hace poco, y por segunda vez en 16 años, fueron desalojados de sus hogares y actualmente están en tiendas improvisadas de bambú y plástico a la orilla de la carretera en un valle que hace mucho tiempo formaba parte del bosque.
Su pena llama la atención sobre la corrupción endémica y su impacto potencialmente catastrófico sobre una pequeña tribu sin poder y el resto de la nación.
Los Ogiek fueron desalojados por primera vez en los años por los colonialistas ingleses, quienes designaron pequeños resguardos para ellos, y les quitaron la mayor parte de sus tierras ancestrales. Pero la situación empeoró después de que la nación se independizó.
En 1993, la tribu, en aquel entonces con una población de 36,000 indígenas fue obligado a desplazarse al borde del bosque por hombres de negocios y políticos corruptos, quienes con la complicidad del gobierno, talaron los árboles con maquinaria pesada y sembraron té, sacando grandes ganancias. En la cuenca acuífera más importante de Kenya, la caída de la lluvia se redujo drásticamente. Los humedales y los lagos al otro extremo del país empezaron a morir, incluyendo el Lago Nakuru, famoso por sus flamingos.
En noviembre, el gobierno de Kenya por fin actuó por salvar el Bosque Mau. El primer paso: Desalojar los Ogiek otra vez – esta vez de sus aldeas al borde del bosque.
Según el gobierno de Kenya, no hay otra opción. Para salvar el bosque, todo el mundo tiene que moverse.
“Si la invasión y explotación insostenible del ecosistema forestal sigue, con tiempo el ecosistema entero se dañará irreversiblemente arrojando graves consecuencias socio-económicas, amenazando a la seguridad interna y generando conflicto,” plantea un informe del gobierno de Kenya.
Una cosa es sembrar árboles. Pero deshacer el daño de decenios significa desenredar tratos corruptos hechos por terrenos y recuperar la tierra regalada ilegalmente por una de las elites políticas más poderosas de Kenya. También significa confrontar al ex-Presidente Daniel Arap Moi, su familia y sus compadres – algunos de los más grandes beneficiarios de los tratos ilícitos de terrenos. Pero también significa más sufrimiento para los victimas de Moi.
En Kiptagich, en el Valle Rift, una gigante fábrica luce como una fortaleza de la Edad Media, sobre un terreno que antes era repleto de árboles. Las plantaciones de té verde alfombran las lomas cercanas. (El periódico Nation de Kenya informa que el dueño de la fábrica es la famila Moi.)
En una loma cercana hay unas carpas patéticas hechas de bambú y plástico: el hogar más reciente de los Ogiek.
Una anciana mueve una olla de frijoles bajo la carpa de plástico. Una niña con malaria vacila entre la vida y la muerte bajo una cobija gris. Otra niña reconforta un bebe. La fogata humea. La lluvia gotea.
Los dolores de parto de Chepkurui Mutai comenzaron el día que llegó la policía a su hogar en la aldea de Kurbanyat, exigiendo que se fueran.
“La gente no se quejó. Solamente nos fuimos.”
Un hombre Ogiek, Philip Ngeny, dijo que la policía empujaron a los residentes con la culata de sus fusiles. Sin hacer ruido, la gente empacó sus cosas, juntaron a sus niños y se fueron el mismo día.
Al subir la loma con su marido y cuatro niños, se agudizaron los dolores de parto de Mutai.
“Era tan doloroso, que pensé: si llega el bebe en el transcurso del desalojo, no tendré opción. Lo tendré que aceptar,” relató la mujer de 29 años.
Su bebe nació al dia siguiente en la carpa. Una semana después su nina de tres años se enfermó de malaria.
“Me siento mal. Usted puede ver cómo estamos viviendo. Yo culpo al gobierno que nos ha quitado nuestra aldea.”
Philip Ngeny se crió en el bosque, sobreviviendo de miel y carne de venado. Él explica cómo se escarba para recolectar la miel del suelo de las abejas que construyen su colmena en la tierra. Él cuenta cómo los Ogiek construyen colmenas en troncos huecos y obligan a las abejas salir con humo, y cómo calientan la colmena para sacar la miel.
Él recuerda las palabras de los ancianos tribales quienes conocían los límites del territorio Ogiek demarcado por los colonialistas ingleses.
“Nuestros ancianos solían decirnos que este bosque nos lo cedió los blancos colonialistas. Nuestros ancianos nos llevaban a la piedra que marcaba el límite. Nos dijeron, ‘Esos son los límites y nadie debería talar árboles aquí,” dijo Ngeny de 44 años.
En 1993, en la época del Presidente Moi, los funcionarios de la provincia quemaron los hogares de los Ogiek y golpearon a quienes resistieron, recuerda Ngeny. Les dijeron que se hizo para conservar el bosque.
El Primer Ministro Raila Odinga, que asumió el poder en 2008, ha calificado de ilícitas las tomas de tierra de la epoca de Moi y una investigación gubernamental independiente encargada por el Presidente Mwai Kibaki en 2003 concluyó que las tomas de tierra del Bosque Mau en los 90s fueron ilegales. Los funcionarios gubernamentales y hombres de negocios con mucha influencia fueron los beneficiarios principales. El “clan” de Presidente Moi ha negado las acusaciones de corrupción.
“Me siento muy mal,” dijo Ngeny, “porque sabía que cuando se estaba repartiendo los terrenos se iba a talar el bosque y sembrar cultivos. El gobierno regaló la tierra a personas quienes sembraron té. Fueron funcionarios gubernamentales y hombre de negocios poderosos.
“Me sentí enojado, porque no había nada que podía hacer. Me dolía el corazón.”
Él y otros Ogiek fueron reubicados en la aldea de Kurbanyat, donde comenzaron a cultivar mijo. Cuando querían miel, muchas veces la tuvieron que comprar.
En los últimos meses, el gobierno de Kenya ha desalojado a 5,000 personas del Bosque Mau, incluyendo miembros de la tribu Ogiek y campesinos a los cuales les había regalado tierra durante campañas electorales.
Odinga ha sido elogiado por ambientalistas por su esfuerzo para reforestar el Mau, y revitalizar la captación de lluvias – y tiene enemigos poderosos en su partido político, el Movimiento Democrático Anaranjado.
Un grupo que incluye el Ministro de Agricultura William Ruto ha criticado el trato inhumano de los desalojados. Algunos de este grupo han tratado de organizar una rebelión en el parlamento y convocar un voto de no-confianza.
Odinga, a cambio, acusa sus oponentes de defender sus propios terrenos adquiridos ilegalmente.
“Nunca he visto un grupo de políticos Kenyenses tan desesperados para aumentar su liderazgo y no soltar sus terrenos ilícitos a través de campañas divisivas como estos Miembros de Parlamento de los Kalenjin” en referencia a una tribu de algunos de sus opositores, Odinga dijo en un artículo en un periódico.
“Todos sabemos que tales líderes están peleando no por los colonos, sino para proteger sus propios intereses ilícitos en el bosque. Deben dejar sus terrenos en el Mau como lo están haciendo de forma voluntaria los colonos.”
Probablemente esta lucha le restará a Odinga apoyo electoral crucial del Valle Rift, pero él se declara dispuesto a pagar el precio político.
Mientras tanto, Ngeny, espera en su carpa, con sus pertenecías en costales recordando tiempos mejores.
El gobierno de Kenya ha prometido compensación — pero solamente a aquellos con títulos a la tierra.
“Ellos [los funcionarios gubernamentales] nos dijeron “reubíquense allá [en 1993]. Te daremos un título a la tierra. Pero nunca sucedió, nunca.”
Ngeny teme que el Pueblo Ogiek no recibirá compensación — ni un lugar para vivir – y que su cultural ancestral se perderá.
“Nuestra lágrimas y coraje van dirigido al gobierno. Así como vemos que vienen las cosas, la forma de vida del Ogiek se acabará. Es como la muerte.”
“Cunado yo me muera, no me ves más. Es el fin de mi persona.”
Derechos de autor © 2010, The Los Angeles Times
(Traducción No-Oficial de www.unep.org)
Richard Kaguamba, el experto sobre carbono forestal del Programa de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (PNUMA) escribió el siguiente texto sobre la venta de creditos de carbono del Bosque Mau en el mercado voluntario de carbono. http://www.unep.org/Experts/default.asp?Page=home&ExpertID=420&SessionID=642
Subido el 14/04/2009 04:46:23 | |
Estimado Doctor Richard, ?Qué tanto podría el Mercado de Carbono ayudar a reducir la deforestación y degradación del Bosque Mau en Kenya? |
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Francis Bagambilana (de la República Unida de Tanzania) | |
Francis, Gracias por su pregunta. El mercado de carbono, y específicamente el Mecanismo de Desarrollo Limpio, fue diseñado para promover la aforestación y reforestación, especialmente de los países en desarrollo. Cuando el Mercado funcione bien otorga incentivos a los campesinos, las comunidades rurales y otros que manejan la tierra para sembrar y mantener árboles en sus parcelas. En este sentido PNUMA esta ayudando a los quienes manejan la tierra en el Bosque Mau a establecer un proyecto de carbono. Sembrarán árboles nativos sobre las áreas deforestadas y degradadas del bosque. La deforestación ocurre cuando hay más árboles sacados del ecosistema que aquellos sembrados exitosamente. Lo importante en la actividad de carbono forestal es asegurar una meta de aprovechamiento social, ambiental así como financiero para aquellos que siembren y mantengan los árboles en el terreno. Además de las actividades de la reforestación y la aforestación, el Mercado de carbono también involucra el sector energético. En este sentido, el apoyo de PNUMA al gobierno de Kenya en el Bosque Mau va a desarrollar un modulo del proyecto sobre la energía de biomasa. En este modulo los campesinos van a (i) desarrollar plantaciones comerciales de pequeña escala para leña y (ii) instalar estufas más eficientes. Estas actividades no solamente reabastecerá de madera para leňa. El mercado voluntario de carbono comprará las reducciones de emisiones que serán generadas a través de estas actividades. En conclusión, el mercado de carbono, por lo tanto, puede desempeñar un papel significativo en la reducción de deforestación en muchos países. Un aspecto adicional del mercado de carbono es el mecanismo de REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación) que todavía no es acordado mundialmente. Kenya, Tanzania – y varios otros países – están participando en este proceso de REDD. Se espera que en el futuro cercano este mecanismo ofrezca ayuda adicional para reducir la deforestación tropical. Richard |
http://www.unep.org/Experts/default.asp?Page=home&ExpertID=420&SessionID=642
Richard Kaguamba
Richard Kaguamba es el Gerente de Programa de Bosques del PNUMA. Él es el encargado de supervisar la implementación del programa sobre bosques para el Bosque Mau en Kenya. También es miembro del programa ONU-REDD que esta ayudando a varios países en África, Asia y América Central a responder y participar en el proceso mundial de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación.
Richard tiene más de 20 años de experiencia técnica en los bosques, el medio ambiente y el manejo de recursos naturales. Antes de sumarse al PNUMA, trabajó 11 años con el Banco Mundial, como experto en África del Este y del Sur así como en Washington DC, EEUU. Ha sido Gerente de muchos programas forestales y ambientales en África, (Kenya, Tanzania, Malawi, Mozambique, Uganda, Ethiopia) y Asia del Sur Este (Indonesia, Las Filipinas y Mongolia).
Su experencia específica está en el desarrollo institucional y de políticas en las áreas de bosques, conservación de recuros hídricos, finanzas de carbono y cambio climático, para los sectores públicos y privados.
Tiene un doctorado en Silivicultura (1989) con un enfoque en las evaluaciones de recursos forestales así como el uso de Sistemas de Información Geográfica y tecnologías de sensores remotos.